Me he dado cuenta que no puedo vivir sin ti.
Estas 3 últimas semanas han sido terriblemente malas para mi. No sabía como llenar ese espacio que dejaste, la soledad me mataba. Todo el tiempo que pasábamos juntos, nuestros horarios ya establecidos, tantas noches de insomnio contigo, absolutamente todo me llevaba a ti.
Para empeorar mi situación todos me hablaban de ti. Hasta en la universidad no dejaban de mencionarte, de decir cuan útil eras, como gracias a ti todo está cambiando. Y sentí la necesidad más grande que alguien pudiera tener. Y yo alli, sola, sin ti. Mis amigos también me hablan de ti. Me preguntan como estás, si ya volviste. Yo sin responder dejaba que el silencio hablase por mi. Ya pasó la etapa en que me quejaba a cada momento de ti, primero de tu desempeño y luego de tu ausencia. Simplemente ya no quiero pensar más en eso.
Me dejaste. Y contigo se fue la conexión con este mundo, con los demás. No quería hablar con nadie. No podía hablar con nadie.
Y así pasaron los días y te necesitaba más y más. Intenté tantas veces reemplazarte con otras pero al final seguía ese vacío. No me pertenecían. No les pertenecía. Me ayudaban a resolver ciertos problemas ocasionales pero no me llenaban. Tú tienes en tu memoria mis más hermosos y tristes recuerdos, la música que nos gusta, mis logros.
De pronto una luz, una voz, una dulce canción. Volviste. Mejor que nunca. Eres tú pero diferente, renovada, con nueva luz. Al fin y al cabo tú. Y lo puedo ver y sentir desde aquí, tocándote, no te irás en un buen tiempo.
Ahora que gracias al cielo estás de vuelta solo me queda decir:
Nunca te vayas.
Te amo computadora.
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